Isaias 60, 1-2. 4a.
Levántate y brilla, que ha llegado tu luz y la Gloria de Yavé amaneció sobre ti. Mientras las tinieblas cubrían la tierra y los pueblos estaban en la noche, sobre ti se levantó Yavé, y sobre ti apareció su Gloria. Levanta los ojos a tu alrededor y contempla (ve). ¿Qué viste cuando entraste a la iglesia esta noche? ¿Las decoraciones de Navidad? ¿El Nacimiento? ¿El contraste de la oscuridad y la luz? O a lo mejor viste a personas que como tu estaban llegando, todos buscando algo, o mejor dicho, buscando a alguien. ¿Qué viste? La semana pasada fui a ver la película Avatar: The Way of the Water. En la película seguían repitiendo la frase: “Yo te veo.” Yo no entendía muy bien esta frase entonces decidí volver a ver el primer Avatar para poder entenderlo mejor y encontré la escena donde Norm le está tratando de explicar a Jake qué significa esta frase. Jake está repitiendo la frase varias veces, tratando de decirlo correcto “YO te veo. Yo TE veo. Yo te VEO.” Norm, está perdiendo la paciencia y le dice. “No es yo te veo, porque estas parado frente a mí. Es yo te veo: puedo ver tu ser. Yo te veo. Te estoy aceptando, yo te comprendo.” Creo que a veces nosotros somos como Jake, solo podemos ver lo que está enfrente de nosotros. Y como nos dice el profeta Isaías, dejamos que las tinieblas nos cubren y nos quedamos en la noche. Solo vemos nuestros problemas de salud, finanzas, nuestro pecado, dificultades en el trabajo, con la familia, o en el mundo. A veces nos quedamos en la familiaridad o lo ordinario de nuestra situación. Venimos a misa cada fin de semana, nos sentamos en la misma silla, con las mismas personas, hacemos los mismos gestos y repetimos las mismas palabras. Pero hoy, todo eso va a cambiar. “Ha llegado tu luz y la Gloria de Yavé amaneció sobre ti. Mientras las tinieblas cubrían la tierra y los pueblos estaban en la noche, sobre ti se levantó Yavé, y sobre ti apareció su Gloria.” ¡Ha llegado tu Luz! Aquí está: Emanuel, Dios con nosotros. Levanta los ojos y contempla, ve. Jesús está aquí y Él te dice: “Yo te veo: puedo ver tu ser. Yo te veo. Te estoy aceptando, yo te comprendo.” ¡Yo te amo! No dejes que pase esta noche sin mirar a tu Salvador, aquí presente y decirle: “Jesús, yo te veo.” Rosie Rosado, DRE
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